25 de julio, festejando Santiago

En compañía del grupo SaludArte, nos reunimos en el albergue de Güemes en una comida solidaria con Felipe, el hospitalero de Isla

A principios de junio, en colaboración con Cultura SaludArte, realizamos una interesante actividad donde unimos los valores de hospitalidad y solidaridad del Camino, con los de creatividad y desarrollo personal de este colectivo amigo. Aunque la fatalidad truncó nuestro objetivo, quisimos aprovechar la fiesta de Santiago para volver a vernos y rematar la idea…

Nos reunimos en la iglesia de Santa María de Bareyo para admirar su belleza románica, e iniciar una marcha que nos llevó hacia Güemes.

En la ermita de San Julián, volvimos a disfrutar de la reunión de testimonios escritos, gráficos, etc., de los peregrinos que a lo largo de los años han pasado por aquí. Y también de la sombra y el frescor de su interior en un día algo caluroso.

En La Cabaña del Abuelo Peuto fuimos recibidos con la acostumbrada hospitalidad de Ernesto y los hospitaleros, para celebrar una comida solidaria. 

Tuvimos el inmenso placer de que nos acompañaran Felipe y Jaime, los hospitaleros de Isla, pues queríamos hacerle llegar a Felipe nuestro cariño y reconocimiento.

Y de nuevo tuvimos ocasión de disfrutar del espíritu de paz, solidaridad y compromiso que destila este lugar extraordinario, hecho por personas.

De nuevo una gran jornada para todos….

Conscientes de los valores que representa el Camino, nos propusimos realizar un esfuerzo comunitario por ayudar a una peregrina que se encontraba en una situación realmente complicada. Su nombre era Silvia, estaba enferma de ELA, y su cuidador y compañero se llama Felipe. Él es hospitalero en el albergue de peregrinos de Isla.
Se nos ocurrió empezar preparando una peregrinación para recaudar fondos. Apenas tuvimos tiempo de más acciones. Desgraciadamente llegamos tarde hasta para entregar a Silvia el «fruto» de nuestro primer acto: ella falleció este mes pasado. La recaudación material se la acabamos de dar a su compañero. Pensamos que hoy, día de Santiago, nuestro patrón, era una gran ofrenda que podíamos realizar. La aportación económica apenas era poco más que simbólica. La donación espiritual no cabía en un sobre, sólo un corazón grande como el de Felipe es capaz de acoger ese capital inmaterial que esperemos le sirva para sobrellevar (ojalá) esta separación vital. Nosotros mientras tanto intentaremos seguir caminando a su lado y prestándole nuestro apoyo, cual bordón de peregrino.