Salida social a Carrión de los Condes

A primeros de cada año, organizamos una actividad de los socios, en el que procuramos aunar la convivencia con el conocimiento de los valores del Camino. En esta ocasión, nos fuimos a conocer el tramo del Camino Francés que discurre entre Villalcázar de Sirga y Carrión de los Condes.

La primera parada la hicimos en Villalcázar de Sirga, para visitar la iglesia de Santa María La Blanca, del siglo XII y de origen templario.

Allí disfrutamos de una gran sorpresa: una visita de la reina Leonor de Aquitania, acompañada de su hijo, Ricardo «Corazón de León», a quienes recibió un caballero templario. Magdalia Medieval, Fernando Rebanal y Marcos Ruiz fueron los actores que representaron la escena.

En el interior de la iglesia hay tres sarcófagos góticos que pertenecen al infante Felipe, hermano de Alfonso X, quien murió en 1274 y fue enterrado aquí; a su segunda esposa, Inés de Guevara; y a Juan de Pereira, caballero de la orden de Santiago. Este escenario fue aprovechado para continuar la representación.

Magdalia Medieval, aprovechando la sonoridad del templo, nos deleitó con una preciosa y evocadora canción medieval en lengua de Oc.

La cuidadora de la iglesia, encargada también de recibir a los peregrinos, nos fue exponiendo la historia y las maravillas de este templo. En la antigüedad, el Camino de Santiago hizo una pequeña desviación al llegar a estas tierras para poder aproximarse a este lugar de tanta fama y devoción. 

Todavía se denomina «La Sirga» al viejo Camino Francés, donde confluían, muy cerca de la actual Ermita del Río, el camino norte que recogía los peregrinos que venían por Osorno y el más frecuentado del este, procedente de Burgos, Boadilla y Frómista. Nosotros emprendimos la marcha hacia Carrión de los Condes.

Nuestro objetivo en Carrión de los Condes era conocer otra joya del Camino de Santiago: el monasterio de San Zoilo, construido en el siglo X, y que fue un importantísimo centro de la orden cluniacense. Lleva treinta años siendo recuperado y restaurado por iniciativa de sus propietarios, y cumpliendo otras tareas como «Hotel Real Monasterio San Zoilo».

La visita fue extraordinaria. Nuestros guías no podían ser mejores: José Antonio Perrino lleva treinta años al frente de la recuperación de esta joya  arquitectónica y es por tanto uno de sus mejores conocedores, tanto del monasterio como de su proceso de recuperación; y Zoilo Perrino, experto en la digitalización y modelado 3D de los hallazgos que se van realizando. No podían disimular la pasión que sienten por este lugar, y las explicaciones eran interesantísimas y muy entretenidas.

Les agradecemos el tiempo que nos dedicaron, fue una gozada…

Resultó una jornada extraordinaria, donde disfrutamos en pequeñas y en grandes dosis de los encantos que pueden encontrarse en el Camino de Santiago. 

¡Ultreia et suseia!