Silvia era hospitalera en el albergue de Isla, junto a su compañero, Felipe. Silvia, además de enfermera, siempre se volcó en ayudar a quienes más lo necesitaban, prostrados por la enfermedad: con su familia, como colaboradora con los enfermos que acudían a Lourdes…
Al final, le tocó a ella luchar con una terrible enfermedad, la ELA.
Quienes la conocieron, la ayudaron en su lucha, especialmente Felipe…
El pasado 14 de junio, Silvia falleció, un final triste para una gran historia humana.
Los amigos del Camino de Santiago agradecemos a Silvia su hospitalidad durante años con los peregrinos, y recordaremos su labor como ejemplo de dedicación a los demás.